viernes, 15 de junio de 2012

Take my breath away


Capítulo 1 

Cinco años habían pasado desde aquella última noche, y no todo era tan distinto por Lima, de hecho todo en ese pueblo seguía igual.

Por la calle más importante se encontraba Santana, en ella si que habían cambiado bastantes cosas, había terminado de estudiar y se dedicaba a editar fotos y documentos de forma profesional, había trabajado en una pequeña revista local que había acabado cerrando debido al escaso éxito recibido, y se encontraba felizmente casada con su novio de la adolescencia, Noah Puckermann.

Se dirigía de camino a Lima Bean, la cafetería más “famosa” de Lima, donde había quedado con su amiga Quinn Fabray, era con la única que aún mantenía contacto del pequeño grupo de amigas. Las cosas con Quinn no eran tan distintas como años atrás, seguía siendo un alma libre, tenía líos esporádicos por aquí y allí, pero según ella no estaba preparada para tener una relación estable. Se dedicaba a la fotografía de forma profesional, pero ella sentía que estaba quedándose estancada allí.

Santana entró en la cafetería, buscando a Quinn con la mirada, parecía que aún no había llegado. No entendía por qué entonces la rubia le decía que era urgente que se vieran con rapidez si no estaba ya allí… Encima no era puntual… Se sentó a esperarla. La morena se hacía una pequeña idea de lo que su amiga quería contarle. Seguramente la tan ansiada noticia sería que se mudaba, cosa que a Santana no terminaba de agradarle, era la única amiga con la que mantenía contacto, y la idea de perderla no le gustaba ni lo más mínimo. En ese momento la rubia entro en el local.

-          Perdón por tardar tanto, tenía que comprar unas cosas y había mucha gente, ¿hace mucho que has llegado?
-          No, tranquila, hará como cinco minutos… Y bien, que es eso que necesitabas contarme con tanta urgencia?
-          Ay Santana, no te lo vas a creer, prepárate porque te vas a quedar helada.- Respondió Quinn, dejando a Santana un poco confundida.
-          Dispara Fabray, no tengo todo el día…
-          ¡Nos vamos a Nueva York! .- Dijo con una gran sonrisa en su rostro.
-          ¿Nos vamos? ¿Con quién te vas a ir? ¿Has encontrado a alguien por fin y me lo has estado ocultando?.- Preguntó la morena confundida.
-          Santana, estás espesita eehh… Nos vamos, tu y yo
-          ¿Qué? Debes estar bromeando, no puedo ir, no voy a dejar a Noah aquí solo y voy a irme a cometer una de tus locuras, aparte no tengo trabajo, y por lo tanto no tengo dinero como para irme contigo de viaje loco a Manhattan
-          De verdad Santana, déjame explicarte vale… He encontrado trabajo, para ti y para mi en Nueva York. Están empezando una nueva revista y necesitan trabajadores de todo tipo, yo empezaré a trabajar como la nueva fotógrafa y tu te dedicaras a editar, que es lo tuyo, venga Santana ¿que podemos perder?
-          Claro Quinn, para ti es muy fácil decirlo, no tienes nada que te ate aquí…
-          Si tienes algo que te ate es por que quieres, sabes que nunca me ha gustado tu relación con Noah, así que no me hagas hablar, aparte, te vendrá bien apartarte de él, conocer mundo, conocer otros hombres, olvidarle…
-          QUINN .- Gritó Santana interrumpiendo a la rubia.
-          Vale, vale, ya lo he entendido, le quieres y esas cosas… Pero piénsatelo Santana, es una gran oportunidad… Para ti y para mi, aparte él puede ir a visitarte siempre que quiera e incluso encontrar un trabajo allí y acabar viviendo contigo… Por favor Santana, no me dejes sola con esto
-          Bueno… Me lo pensaré, y lo consultaré con Noah, ¿cuánto tiempo tengo?
-          En teoría… Deberíamos estar allí el lunes de la semana que viene, para que nos enseñen las instalaciones y nos informen del plan de trabajo…
-          Es demasiado pronto Quinn…
-          Por favor, por favor, piénsatelo… Recuerda cuando estuvimos en Nueva York y piensa que se puede repetir todos los días…
-          Habla por ti… Te recuerdo que tenía a Noah pegada las 24 horas del día y no tuve ni un segundo para divertirme…
-          Razón de más para que te vengas conmigo… Vete a casa, prepárale una buena cena y coméntaselo, dile que es lo mejor que te ha podido pasar en tu vida y bla bla bla, nos vamos a Nueva York, le olvidas, os divorciáis, rehaces tu vida allí y todos felices.
-          Quinn… No entiendo tu empeño en separarme de Noah… Te recuerdo que fuiste mi dama de honor en la boda.
-          Eso no quiere decir que no me opusiera a la boda en todo momento… Aparte faltaba mucha gente que debía estar, y sigo diciendo que algún día te arrepentirás de haberte casado con él…
-          Como sea, te dejo Fabray, a este paso llega Noah antes que yo a casa, te aviso con lo que sea de acuerdo?
-          No te pienses que te vas a librar de mi tan fácilmente Santana, iré a verte todos los días hasta que me digas que si.

La verdad, a Santana no lo parecía una mala idea, se alejaría un tiempo de Lima, podría hacer una nueva vida allí, y separarse de Noah un tiempo la vendría bien. Pero estaban sus miedos… ¿Y si no le iba bien en el trabajo?¿Y si no le gustaba?¿Y si la despedían?¿Y si Noah le era infiel mientras ella estaba allí?¿Y si…?¿Y si…? Millones de pregunta sin respuesta cruzaban su mente. Tardó más en llegar de lo que era costumbre, y se encontró con que Puck ya había llegado a casa. Adiós a la idea de Quinn de hacer una cena y contárselo tranquilamente. Entró en la casa y se lo encontró sentado en la cocina mirando un periódico.

-          Hola cariño, pensé que te habías escapado, me ha parecido raro llegar y que no me estuvieras esperando.- Dijo Puckermann acercándose a ella cuando la vio entrar.
-          Me llamó Quinn, necesitaba contarme una cosa urgentemente, ¿qué tal el trabajo?.- Le preguntó después de darle un pequeño beso en los labios a modo de saludo.
-          Bien, coche aquí, coche allá… Lo de siempre… Bueno y que te ha dicho tu amiga?
-          Proponerme un plan… Un plan un poco loco y arriesgado, pero bueno, no me ha parecido mala idea…
-          Viniendo de esa loca, seguro que es mala idea…
-          Puck, cuantas veces tengo que decirte que no te metas con Quinn… Es mi amiga, se que no os lleváis bien y lo respeto, pero me tenéis que respetar vosotros a mi también…
-          Valeee, lo siento… Y bien, cual es la idea de tu amiga?
-          Quiere… Mudarse a Nueva York…- Respondió sin terminar de concretar.
-          Ah, muy bien, pues que le vaya bonito…
-          Noah… Quiere que me mude con ella.
-          Pero no lo vas a hacer.
-          Ah no? ¿Por qué?
-          ¿Que pintas en Nueva York? Venga Santana, estás casada y tienes tu vida aquí, que puedes tener allí que aquí no?
-          Un trabajo… Y no me refiero a cualquier trabajo como los que he tenido aquí cuidando niños… Un trabajo de lo que de verdad me gusta Noah… Creo que es una gran oportunidad…
-          Espera, espera… ¿Me estás diciendo que la loca de Fabray te consiguió un trabajo para que te mudes con ella?
-          No está loca, te estás pasando… Y si, me consiguió un trabajo… Venga Puck tampoco es tan malo, podemos vernos en vacaciones y fines de semana, podrás encontrar un trabajo allí, mudarte y podemos formar una familia allí…
-          Pero yo no quiero eso Santana… Me gusta mi vida aquí contigo… ¿A ti no?

Santana se quedó en silencio, mirando al suelo, no sabía que hacer, ni que responder. Le gustaba su vida con él, pero le faltaba poder encontrar un buen trabajo para poder ser del todo feliz, y ese trabajo estaba en Nueva York.

-          Vale, ya veo que no pensamos igual…
-          Entiéndeme Noah, necesito trabajar, estar en casa todo el día me ahoga, no poder salir de estas cuatro paredes ni de este pueblo me está matando
-          ¡Haberlo pensado antes de haberte casado conmigo!.- Respondió el chico enfadado.- Sabías perfectamente cuando nos casamos que esto iba a pasar, que te quedarías estancada aquí, como dices tú, ¿por qué no lo evitaste en su momento?
-          Pensé que era lo mejor Noah.
-          ¿Y ahora ya no lo piensas?
-          Si, pienso que fue lo mejor en ese momento, y ahora lo mejor es que encuentre algo para hacer,  y eso no lo puedo encontrar aquí…
-          Está bien, vete con la loca esa si quieres, hay muchas parejas que sobreviven a distancia… Mira a Finn y Rachel….
-          Si, con la diferencia que nosotros estamos casados y ellos no… Yo confío en ti, sólo tienes que confiar en mi…
-          Está bien, pero por favor, recuerda lo que pasó con tus amigas, ya no mantenéis el contacto… Si con tus amigas no has podido ¿crees que podrás conmigo?
-          Claro tonto, por varias razones… La primera, te quiero, la segunda, estoy casada contigo y la tercera, no te creas que me voy a acostumbrar a dormir sin ti…
-          ¿Sólo a dormir?.- Preguntó con una sonrisa coqueta.
-          Eres un cerdo Noah.- Respondió Santana dándole un manotazo en el hombro y dirigiéndose a su cuarto.
-          Aun tan cerdo como dices me quieres… Bueno… ¿Cuándo te vas?
-          Este fin de semana… Vamos, pasado mañana… ¿Me ayudas a hacer las maletas?


Finalmente llegó el día del viaje a Nueva York, Quinn estaba emocionada por llegar a la gran manzana, mientras que Santana estaba bastante asustada mientras millones de preguntas le recorrían la mente. Noah les acompañó hasta el aeropuerto, el viaje fue tenso y eso no hacía más que incomodar a Santana. Una vez llegaron, Quinn decidió dejarles algo de “intimidad” mientras se iba a tomar un café antes de embarcar.

-          Bueno Noah, no me quemes la casa, compórtate, trabaja, llama a tu madre, come bien, limpia de vez en cuando, no hagas fiestas, no traigas a tu amigotes con sus ligues… .- Esa última frase la hizo plantearse el quedarse.- Espera, no no, no me voy, me quedo aquí
-          Para, para, para… No va a pasar nada, me voy a portar bien, no voy a hacer fiestas, y no voy a llevar ligues, sabes que te quiero y no te podría hacer eso…
-          Lo mismo me dijiste en el instituto y dejaste embarazada a mi amiga ¿recuerdas?
-          Ha pasado mucho tiempo y he cambiado… Venga Santana, te voy a echar de menos, pero en un par de meses voy un par de semanas a verte.
-          Esta bien… Te quiero.- Dijo finalmente dándose ambos un beso.
-          Bueno Santana vámonos, antes de que eche el desayuno que acabo de tomarme… ¿Cómo me puede resultar tan asqueroso veros así?.- Respondió Quinn mientras los veía despedirse.
-          Ya estamos… Venga Fabray vámonos.. Te voy a echar de menos mi amor.- Dijo finalmente refiriéndose a Puckermann.

-          Yo también, nos vemos pronto chicas, y tened cuidado con lo que hacéis por allí.
Y así fue como el destino quiso que Quinn Fabray y Santana López se encontraran en un avión rumbo a Nueva York, a su nueva vida, que sería muy distinta de la que habían tenido hasta ahora, pero también sería muy distinta de lo que ellas podían llegar a imaginar… Nunca se sabe lo que te puede deparar la gran ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario