Capítulo 1
Cinco años habían pasado desde aquella última noche, y no
todo era tan distinto por Lima, de hecho todo en ese pueblo seguía igual.
Por la calle más importante se encontraba Santana, en ella
si que habían cambiado bastantes cosas, había terminado de estudiar y se
dedicaba a editar fotos y documentos de forma profesional, había trabajado en
una pequeña revista local que había acabado cerrando debido al escaso éxito
recibido, y se encontraba felizmente casada con su novio de la adolescencia,
Noah Puckermann.
Se dirigía de camino a Lima Bean, la cafetería más “famosa”
de Lima, donde había quedado con su amiga Quinn Fabray, era con la única que
aún mantenía contacto del pequeño grupo de amigas. Las cosas con Quinn no eran
tan distintas como años atrás, seguía siendo un alma libre, tenía líos
esporádicos por aquí y allí, pero según ella no estaba preparada para tener una
relación estable. Se dedicaba a la fotografía de forma profesional, pero ella
sentía que estaba quedándose estancada allí.
Santana entró en la cafetería, buscando a Quinn con la
mirada, parecía que aún no había llegado. No entendía por qué entonces la rubia
le decía que era urgente que se vieran con rapidez si no estaba ya allí… Encima
no era puntual… Se sentó a esperarla. La morena se hacía una pequeña idea de lo
que su amiga quería contarle. Seguramente la tan ansiada noticia sería que se
mudaba, cosa que a Santana no terminaba de agradarle, era la única amiga con la
que mantenía contacto, y la idea de perderla no le gustaba ni lo más mínimo. En
ese momento la rubia entro en el local.
-
Perdón por tardar tanto, tenía que comprar unas
cosas y había mucha gente, ¿hace mucho que has llegado?
-
No, tranquila, hará como cinco minutos… Y bien,
que es eso que necesitabas contarme con tanta urgencia?
-
Ay Santana, no te lo vas a creer, prepárate
porque te vas a quedar helada.- Respondió Quinn, dejando a Santana un poco
confundida.
-
Dispara Fabray, no tengo todo el día…
-
¡Nos vamos a Nueva York! .- Dijo con una gran
sonrisa en su rostro.
-
¿Nos vamos? ¿Con quién te vas a ir? ¿Has
encontrado a alguien por fin y me lo has estado ocultando?.- Preguntó la morena
confundida.
-
Santana, estás espesita eehh… Nos vamos, tu y yo
-
¿Qué? Debes estar bromeando, no puedo ir, no voy
a dejar a Noah aquí solo y voy a irme a cometer una de tus locuras, aparte no
tengo trabajo, y por lo tanto no tengo dinero como para irme contigo de viaje
loco a Manhattan
-
De verdad Santana, déjame explicarte vale… He
encontrado trabajo, para ti y para mi en Nueva York. Están empezando una nueva
revista y necesitan trabajadores de todo tipo, yo empezaré a trabajar como la
nueva fotógrafa y tu te dedicaras a editar, que es lo tuyo, venga Santana ¿que
podemos perder?
-
Claro Quinn, para ti es muy fácil decirlo, no
tienes nada que te ate aquí…
-
Si tienes algo que te ate es por que quieres,
sabes que nunca me ha gustado tu relación con Noah, así que no me hagas hablar,
aparte, te vendrá bien apartarte de él, conocer mundo, conocer otros hombres,
olvidarle…
-
QUINN .- Gritó Santana interrumpiendo a la
rubia.
-
Vale, vale, ya lo he entendido, le quieres y
esas cosas… Pero piénsatelo Santana, es una gran oportunidad… Para ti y para
mi, aparte él puede ir a visitarte siempre que quiera e incluso encontrar un
trabajo allí y acabar viviendo contigo… Por favor Santana, no me dejes sola con
esto
-
Bueno… Me lo pensaré, y lo consultaré con Noah,
¿cuánto tiempo tengo?
-
En teoría… Deberíamos estar allí el lunes de la
semana que viene, para que nos enseñen las instalaciones y nos informen del
plan de trabajo…
-
Es demasiado pronto Quinn…
-
Por favor, por favor, piénsatelo… Recuerda
cuando estuvimos en Nueva York y piensa que se puede repetir todos los días…
-
Habla por ti… Te recuerdo que tenía a Noah
pegada las 24 horas del día y no tuve ni un segundo para divertirme…
-
Razón de más para que te vengas conmigo… Vete a
casa, prepárale una buena cena y coméntaselo, dile que es lo mejor que te ha
podido pasar en tu vida y bla bla bla, nos vamos a Nueva York, le olvidas, os
divorciáis, rehaces tu vida allí y todos felices.
-
Quinn… No entiendo tu empeño en separarme de
Noah… Te recuerdo que fuiste mi dama de honor en la boda.
-
Eso no quiere decir que no me opusiera a la boda
en todo momento… Aparte faltaba mucha gente que debía estar, y sigo diciendo
que algún día te arrepentirás de haberte casado con él…
-
Como sea, te dejo Fabray, a este paso llega Noah
antes que yo a casa, te aviso con lo que sea de acuerdo?
-
No te pienses que te vas a librar de mi tan
fácilmente Santana, iré a verte todos los días hasta que me digas que si.
La verdad, a Santana no lo parecía una mala idea, se
alejaría un tiempo de Lima, podría hacer una nueva vida allí, y separarse de
Noah un tiempo la vendría bien. Pero estaban sus miedos… ¿Y si no le iba bien
en el trabajo?¿Y si no le gustaba?¿Y si la despedían?¿Y si Noah le era infiel
mientras ella estaba allí?¿Y si…?¿Y si…? Millones de pregunta sin respuesta
cruzaban su mente. Tardó más en llegar de lo que era costumbre, y se encontró
con que Puck ya había llegado a casa. Adiós a la idea de Quinn de hacer una
cena y contárselo tranquilamente. Entró en la casa y se lo encontró sentado en
la cocina mirando un periódico.
-
Hola cariño, pensé que te habías escapado, me ha
parecido raro llegar y que no me estuvieras esperando.- Dijo Puckermann
acercándose a ella cuando la vio entrar.
-
Me llamó Quinn, necesitaba contarme una cosa
urgentemente, ¿qué tal el trabajo?.- Le preguntó después de darle un pequeño
beso en los labios a modo de saludo.
-
Bien, coche aquí, coche allá… Lo de siempre…
Bueno y que te ha dicho tu amiga?
-
Proponerme un plan… Un plan un poco loco y
arriesgado, pero bueno, no me ha parecido mala idea…
-
Viniendo de esa loca, seguro que es mala idea…
-
Puck, cuantas veces tengo que decirte que no te
metas con Quinn… Es mi amiga, se que no os lleváis bien y lo respeto, pero me
tenéis que respetar vosotros a mi también…
-
Valeee, lo siento… Y bien, cual es la idea de tu
amiga?
-
Quiere… Mudarse a Nueva York…- Respondió sin
terminar de concretar.
-
Ah, muy bien, pues que le vaya bonito…
-
Noah… Quiere que me mude con ella.
-
Pero no lo vas a hacer.
-
Ah no? ¿Por qué?
-
¿Que pintas en Nueva York? Venga Santana, estás
casada y tienes tu vida aquí, que puedes tener allí que aquí no?
-
Un trabajo… Y no me refiero a cualquier trabajo
como los que he tenido aquí cuidando niños… Un trabajo de lo que de verdad me
gusta Noah… Creo que es una gran oportunidad…
-
Espera, espera… ¿Me estás diciendo que la loca
de Fabray te consiguió un trabajo para que te mudes con ella?
-
No está loca, te estás pasando… Y si, me
consiguió un trabajo… Venga Puck tampoco es tan malo, podemos vernos en
vacaciones y fines de semana, podrás encontrar un trabajo allí, mudarte y
podemos formar una familia allí…
-
Pero yo no quiero eso Santana… Me gusta mi vida
aquí contigo… ¿A ti no?
Santana se quedó en silencio, mirando al suelo, no sabía que
hacer, ni que responder. Le gustaba su vida con él, pero le faltaba poder
encontrar un buen trabajo para poder ser del todo feliz, y ese trabajo estaba
en Nueva York.
-
Vale, ya veo que no pensamos igual…
-
Entiéndeme Noah, necesito trabajar, estar en
casa todo el día me ahoga, no poder salir de estas cuatro paredes ni de este
pueblo me está matando
-
¡Haberlo pensado antes de haberte casado conmigo!.-
Respondió el chico enfadado.- Sabías perfectamente cuando nos casamos que esto
iba a pasar, que te quedarías estancada aquí, como dices tú, ¿por qué no lo
evitaste en su momento?
-
Pensé que era lo mejor Noah.
-
¿Y ahora ya no lo piensas?
-
Si, pienso que fue lo mejor en ese momento, y
ahora lo mejor es que encuentre algo para hacer, y eso no lo puedo encontrar aquí…
-
Está bien, vete con la loca esa si quieres, hay
muchas parejas que sobreviven a distancia… Mira a Finn y Rachel….
-
Si, con la diferencia que nosotros estamos
casados y ellos no… Yo confío en ti, sólo tienes que confiar en mi…
-
Está bien, pero por favor, recuerda lo que pasó
con tus amigas, ya no mantenéis el contacto… Si con tus amigas no has podido
¿crees que podrás conmigo?
-
Claro tonto, por varias razones… La primera, te
quiero, la segunda, estoy casada contigo y la tercera, no te creas que me voy a
acostumbrar a dormir sin ti…
-
¿Sólo a dormir?.- Preguntó con una sonrisa
coqueta.
-
Eres un cerdo Noah.- Respondió Santana dándole
un manotazo en el hombro y dirigiéndose a su cuarto.
-
Aun tan cerdo como dices me quieres… Bueno…
¿Cuándo te vas?
-
Este fin de semana… Vamos, pasado mañana… ¿Me
ayudas a hacer las maletas?
Finalmente llegó el día del viaje a Nueva York, Quinn estaba
emocionada por llegar a la gran manzana, mientras que Santana estaba bastante
asustada mientras millones de preguntas le recorrían la mente. Noah les
acompañó hasta el aeropuerto, el viaje fue tenso y eso no hacía más que
incomodar a Santana. Una vez llegaron, Quinn decidió dejarles algo de
“intimidad” mientras se iba a tomar un café antes de embarcar.
-
Bueno Noah, no me quemes la casa, compórtate,
trabaja, llama a tu madre, come bien, limpia de vez en cuando, no hagas
fiestas, no traigas a tu amigotes con sus ligues… .- Esa última frase la hizo
plantearse el quedarse.- Espera, no no, no me voy, me quedo aquí
-
Para, para, para… No va a pasar nada, me voy a
portar bien, no voy a hacer fiestas, y no voy a llevar ligues, sabes que te
quiero y no te podría hacer eso…
-
Lo mismo me dijiste en el instituto y dejaste
embarazada a mi amiga ¿recuerdas?
-
Ha pasado mucho tiempo y he cambiado… Venga
Santana, te voy a echar de menos, pero en un par de meses voy un par de semanas
a verte.
-
Esta bien… Te quiero.- Dijo finalmente dándose
ambos un beso.
-
Bueno Santana vámonos, antes de que eche el
desayuno que acabo de tomarme… ¿Cómo me puede resultar tan asqueroso veros
así?.- Respondió Quinn mientras los veía despedirse.
-
Ya estamos… Venga Fabray vámonos.. Te voy a
echar de menos mi amor.- Dijo finalmente refiriéndose a Puckermann.
-
Yo también, nos vemos pronto chicas, y tened
cuidado con lo que hacéis por allí.
Y así fue como el destino quiso que Quinn Fabray y Santana
López se encontraran en un avión rumbo a Nueva York, a su nueva vida, que sería
muy distinta de la que habían tenido hasta ahora, pero también sería muy
distinta de lo que ellas podían llegar a imaginar… Nunca se sabe lo que te
puede deparar la gran ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario